Que quede claro que no aspiraba azúcar ni harina, ni las quemaba en una cuchara y me las inyectaba. Simplemente, como la mayoría de las personas, comía galletitas, dulces, chocolate, pan, fideos, pizzas, empanadas, hamburguesas, etc. Lean las etiquetas de lo que consumen, y se sorprenderán al ver que la gran mayoría de los "alimentos", incluídos los que nos "venden" como "saludables", contienen azúcar o harina refinada (blanca). No es casualidad, saben de su poder adictivo, y por eso se las ponen a todos sus productos.

lunes, 14 de mayo de 2012

¿Qué es la Candidiasis?



La candidiasis es una infección causada por una levadura de la familia de las Cándidas. Existen unas 150 especies  de cándidas distintas, por ejemplo, la Candida Kruse, Candida Glabrata, Candida Tropicalis, Candida Parapsilosis, etc. Sin embargo, la más común en nuestro organismo es la Candida Albicans.
Las levaduras están presentes en todos nosotros poco después de nacer y viven en armonía con nosotros. Se encuentran en la piel, aparato digestivo y genitourinario. Su función es absorber cierta cantidad de metales pesados para que no entren en la sangre,  nos ayudan a degradar restos de carbohidratos mal digeridos, y junto con las bacterias mantienen nuestro equilibrio intestinal y el pH.
La flora intestinal y vaginal junto con el sistema inmunitario nos ayudan a mantener estas levaduras bajo control.
Sin embargo, existen una serie de factores que pueden deprimirnos el sistema inmunitario y desequilibrar la flora intestinal, causando el crecimiento excesivo de estas levaduras y, por consiguiente, la enfermedad.
Estos factores son:
Exceso de azúcar o carbohidratos refinados: Éstos son el alimento principal de las cándidas.  A parte de alimentarlas directamente, los azúcares y harinas refinadas aumentan los niveles de glucosa en la sangre, a través de la cual, también podemos alimentarlas.
Consumo habitual de agua del grifo: El cloro destruye la flora intestinal, y el flúor deprime el sistema inmunitario.
Uso de antibióticos, cortisona y hormonas sexuales sintéticas: Los antibióticos destruyen la flora intestinal bacteriana, pero no las cándidas. Esto hace que puedan crecer sin ningún microorganismo que las controle. Por otro lado, la cortisona deprime el sistema inmunitario, y las hormonas sintéticas, entre otros daños, destruyen ciertos nutrientes (como la vitamina B6) vitales para la salud del sistema inmunitario.
Embarazo: Durante este etapa los niveles de progesterona aumentan, induciendo a las glándulas endometriales a producir glucógeno, lo cual favorece el crecimiento de las Candidas vaginales. Por otro lado, unos niveles altos de progesterona pueden provocar resistencia a la insulina, causando un exceso de glucosa en la sangre y favoreciendo el crecimiento de las cándidas.
Estrés continuo: Un exceso de cortisol deprime el sistema inmunitario, aumenta los niveles de glucosa y destruye la flora bacteriana intestinal.
Disminución de las secreciones digestivas: La falta de ácido clorhídrico y de enzimas digestivas impide la correcta digestión de los alimentos, produciendo fermentación y putrefacción intestinal. Esto genera sustancias irritantes para la mucosa intestinal, favoreciendo el desequilibrio de la flora intestinal y  el crecimiento de las cándidas.
Falta de nutrientes: Necesitamos una gran cantidad de nutrientes necesarios para mantener el sistema inmunitario sano, regular las hormonas, mantener una producción sana de secreciones digestivas y regular la glucosa, factores todos de vital importancia para el control de las cándidas. Cuando sufrimos desnutrición, las cándidas tienen más oportunidad de crecer. 

Fuente de información: Cala Cervera, "La Nutrición Ortomolecular". 

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